“¡Dejémonos de hipocresías!” y sonó el “tin” de nuestras copas. Así inauguramos la botella de un Blanc Chardonnay argentino delicioso. Yo brindaba por mi pelo lacio (lo había planchado) y la abeja L por un nuevo zumbido. El piqueo con el que maridamos el estupendo wine consitió en risas frescas, antipasto de risas y paté de risas con tostaditas.
Saliendo del rousódromo, lo demás fue una noche de marcha: 3 bares. Nos olvidamos del frío y de las penas por un momento para hacernos cómplices del cosmos y la luna llena.
Nos fuimos del primer bar cuando la música se puso fea y un muchacho que parecía generoso nos ofreció cerveza, casi a la fuerza. Del segundo, cuando se nos acabó el vodka, nos declaramos oficialmente maceradas y nos encontramos con un Sr Lento Lentes al que quisimos mantener completamente al margen de nuestro momento. Del tercer lugar, nos fuimos luego de dedicarles casi 30 minutos de charla y nuestra encantadora presencia a tres gavilanes polleros que también nos hicieron la oferta del alcohol. La que educadamente rechazamos y ni por tratarse de 1.5 galanes per cápita nos quedamos.
El en pitstop de regreso llegamos a la conclusión de que la combinación abeja L- Rous, además de recordarnos a Juan Luis Guerra (al panal con su bachata), es un imán de gente que quiere llevarnos por la ruta del etanol. Gente buena que nos ve cara de sedientas, buenos samaritanos que desean aplacar nuestra sed de olvidos, de amores, de risas, risas frescas…Chardonnay y chancaca (porque la miel de abeja ya se nos acabó).
Saliendo del rousódromo, lo demás fue una noche de marcha: 3 bares. Nos olvidamos del frío y de las penas por un momento para hacernos cómplices del cosmos y la luna llena.
Nos fuimos del primer bar cuando la música se puso fea y un muchacho que parecía generoso nos ofreció cerveza, casi a la fuerza. Del segundo, cuando se nos acabó el vodka, nos declaramos oficialmente maceradas y nos encontramos con un Sr Lento Lentes al que quisimos mantener completamente al margen de nuestro momento. Del tercer lugar, nos fuimos luego de dedicarles casi 30 minutos de charla y nuestra encantadora presencia a tres gavilanes polleros que también nos hicieron la oferta del alcohol. La que educadamente rechazamos y ni por tratarse de 1.5 galanes per cápita nos quedamos.
El en pitstop de regreso llegamos a la conclusión de que la combinación abeja L- Rous, además de recordarnos a Juan Luis Guerra (al panal con su bachata), es un imán de gente que quiere llevarnos por la ruta del etanol. Gente buena que nos ve cara de sedientas, buenos samaritanos que desean aplacar nuestra sed de olvidos, de amores, de risas, risas frescas…Chardonnay y chancaca (porque la miel de abeja ya se nos acabó).
* La chancaca o panela es azúcar cruda, sin refinar ni centrifugar y cristalizada. En India se le conoce como "Gur", en Brasil y Ecuador como "Raspadura", en el Perú y Chile como "Chancaca", en México, Guatemala y otros países de Centroamericanos como "Papelón", en Venezuela y Colombia se conoce como papelón o panela y en Bolivia como "chancaca" o "empanizao".
1 comentario:
Ayer perdí a mi abeja reina y ya no llevo la cuenta de cuánta miel fabriqué. Así que empezaré desde cero, una vez más.
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