Hace poco Bere me dijo "¿has visto que todos venimos falladitos?"
La pregunta hubiera pasado como cualquier comentario aislado, si no hubiera sido por la botella de vino que nos acompañaba y demandaba una conversación "seria".
Entonces nos embarcamos en un debate de adultos y por unos minutos psicoanalizamos las tipologías de cada individuo, las taras, miedos y todas aquellas barreras mentales que impidiera a la humanidad toda ser FELIZ.
Yo, alternando vino con queso y Bere, sumándole humo de tabaco; llegamos a la conclusión de que hay gente que simplemente no quiere ser feliz, quie son los "falladitos sin remedio", la mercadería con yaya imposible de zurcir. Luego dijimos salud! y pasamos a temas picantes, que no contaré hoy.
Cuando Bere se fue, aún quedaba vino y queso en cantidades de tragantona. Yo llevé copa y botella a mi habitación y me quedé mirando el techo pensando en que sería interesante escribir un "Manual para ser Feliz" y que si lo hiciera este empezaría con algo así...
"En vista de que el concepto felicidad no es igual para todos, digamos que son la sumatoria de los instantes de tranquilidad y beneplácito que transcurren en nuestras vidas. Por lo tanto, el primer paso para ser feliz es comer rico..."
Entonces me puse de pie decidida a capturar un instante de tranquilidad y beneplácito. Me acerqué a la mesa, corté el queso y me puse un trocito dentro de la boca. Cerré los ojos y lo saboreé como si fuera el último de mi vida...
***
Antes de irme a la cama, repetí el ritual del queso unas 20 veces y me dormí pensando en la idea de escribir el manual ese, preguntándome si alguien lo leería...