miércoles, 3 de diciembre de 2008

La ciudad del cemento (II)






Intro
Si me preguntaran qué visitar en NY diría ipso facto: el Metropolitan Museum y algún lugar donde vendan bubble tea en China Town, obligado y por lo menos.

Día 4
Luego de irnos a ver la estatua verde, con un muffin de manzana en la barriga y un café, Miss Bourdain y yo nos internamos en el MET, como se le conoce al Metropolitan, y nos dejamos llevar por las excentricidades, sensibilidad, talento y pasión de los autores de hermosos lienzos y piedra tallada, principalmente.
Jugué a la fotógrafa, jugamos con las imágenes, nos metimos en ellas.
Ahí descubrimos que para el MET, mejor que un reloj para medir el tiempo, son los pies. Teníamos seis horas andando ahí y nos enteramos, por el dolor en los pies, que no fueron 10 ni 15 los minutos de regodeo espiritual que nos regaló NY.

Cenamos italiano, reímos peruano, pagamos la cuenta en gringo y nos prometimos más diversión al día siguiente.

Día siguiente
Anduve sola por Broadway. Entré a un diner a desayunar a la hora del almuerzo gringo y conocí a siete manganzones obreros que se sentaron en la mesa de al lado y notaron que hablé en español por teléfono.
El más avezado se atrevió a preguntarme si era de Argentina. Dije que no (cortante, aunque fuera guapo). Pues me traían un delicioso cheesecake y no quería ser interrumpida.
Antes de irme les regale tamaña sonrisota y me despedí de ellos con mi mano dentro del guante.

Me fui al museo de Historia Natural para fotografiar a un mamut, un león, varios animales con cuernos y un gorila. Me fui

Caminé hasta mi hospedaje y tomé una breve siesta hasta que llegó Miss Bourdain. Pasamos un ratico por Brooklyn. Caminamos por Soho, Chelsea, etc. Luego fuimos a China Town de compras.
Finalmente terminamos en la puerta de una disco newyorquina conversando. Yo con Miss Bourdain y ella con sus cuchucientos amigos (a menos 15 grados C brrrr).

Cuando entramos, bailamos como descocadas solas y acompañadas. El coqueto barman me sugirió más que tragos y me alejé de la barra muerta de risa. Bailé las pacharacadas que nunca bailo y me divertí como enana.

Otra vez los pies nos dijeron que era hora de irnos. Nos fuimos.



Último día
Al día siguiente sólo nos quedó la mañana para hacer maletas, conversar, beber café y reir. Miss Bourdain sabe donde se vende el mejor café (MUD Coffee), la mejor comida italiana, china y además sabe donde divertirse de noche en NY. También, y por sobre todo, sabe ser buena anfitriona, oyente y amiga. Y, aunque viva en New Yersey, es la novia de New York, oh sí!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Crónicas de Rous en NY....qué divertido!
No lo hubiera dicho mejor, es cierto, Ms. Bourdain es la novia de NY. Yo también sentí eso...

Rous dijo...

voy a mandarle el link