jueves, 21 de julio de 2016

De venenos y euforias

Café...
El perfume de Van Druten, si hubiera sido mujer.
Lo que le gusta a Vallejo con su vida y su querida muerte.
El veneno lento según Voltaire (y lo bebió por más de cuarenta años).
Negro como el demonio, caliente como el infierno, puro como un ángel y dulce como el amor, en la versión de Talleyrand.

Para esta mujer: euforia líquida, un segundo despertar, el más poderoso imán de ideas, quizá un sortilegio y; de todas maneras, el intermediario perfecto en una conversación honesta.


 
*Suena Lady Stardust de Bowie 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

También me encanta el café, además porque ayuda a que me pase la migraña ;)
Rox

aLiS dijo...

Es una gran delicia!

Rous dijo...

Gracias mis cafeteras!!!