martes, 22 de julio de 2008

Le Enfant Société






De toda la recatafila de publicaciones que llegan a mi oficina, la mayoría pasan a la pila del papel para reciclar. El resto permanece unas horas en mi mesa, y lo que me interesa me lo llevo a casa o de viaje.

De lo que permanece unas horas en mi mesa me entretengo con lo que llamamos “páginas sociales”. Donde las señoras de la high adoptan apodos ridículos en su afán de ser chibolas de nuevo: “Koka”, “Tutty”, “Nena”, “Poly”, “Peky”, “Titi”, “Rochi”. Y qué sé yo. Por ahí he leído a más de una “Rosi”, cuando debería ser toda una Doña Rosa. Como yo que soy Rosa también (lo de Rous es una adaptación fonética peruanizada de Rose).

El colmo son las forever youngs “Nenas” en cuyo D.N.I. no aparece este nombre. O sea, el millonario reencauche con bisturí (o hacha, no sé), no les bastó para verse “regias hija”. Tenían que extender su regresión cronológica a sus nombres… Me pregunto si llegaré a ese nivel de ridiculez alguna vez cuando sea de la high y me fotografíen para aparecer en las “sociales”.

Ya me imagino ahí con pulseras de plata y oro hasta el codo, labial rojo, peinado By Pass con harta laca, traje de diseñador, harto parfum, zapatos carísimos y mis amigas al lado: Lorena sería, “Eni” (por ena de Lorena ¿no?); Mariela sería “Maritú”; Maritza, “Marití”; Roxana, “Roxi” o “Ani”; Adriana sería “Driani”, “Adi”, o como le decimos ahora “Adri”. A Cinthya le podemos poder algo como “Titi” o “Dita”, por Jaidita. Y bueno mamá Tru, que se llama Rosa, como yo, sería “Ronchi” y yo “Rossy”, con doble “S” y con “Y”. Mi hermana prima, Julissa, sería “Ju” y mi hermana Tania, “Nita”, (por Tanita). Tal cual. Pues, simplemente, Aj!

No negaré que juntaría mis morlacos para hacerme una lipo, un lift, y todo lo que inventen los plásticos para mejorar mi look. Pero eso de los nombres raros o de vestirme como chibolita cuando tenga 60, pues ni loca. Ya viví mi niñez y adolescencia intensamente. Ahora, estoy tratando de proseguir con esa “intensidad” de vida en mi juventud, para llegar a adulto mayor con dignidad y aplomo.

Por si fuera poco, actualmente huyo de los disparos de los fotógrafos o aparezco de “incógnita” en sus publicaciones porque no pienso someterme al raje de gente, como yo, que ni conozco a los que aparecen ahí y ya les saqué la mugre con lo de los nombres, por ejemplo. Ni hablar, y si me plancharon el pelo mal o me subí unos gramos de peso, o mis panty medias se corrieron, seguro dirán de mí: la despeinada, gorda y desaliñada (pero encantadora), Rosa Bonilla. Ay no! O como diría mi sobrinito “¡Nununununu!”

Este personaje no viene al caso pero me gusta.
Es un muñeco saxofonista que me encontré en Eka y lo fotografié.

2 comentarios:

Lima32 dijo...

Jajaja Rosita....que buen post..me has hecho reir....solo tu tienes ese humor tan inteligente...calculado y original...besote
Lucio

Rous dijo...

Lucio, mi eterno Lucio!!
un beso