martes, 27 de mayo de 2008

Corazón-hormiga





Erase una vez una hormiguita que juntó sin descanso un montoncito de tierra (sabe Dios para qué), hasta que llegué yo y le rocié el nuevo Raid mata hormigas. Así acabé con su efímera existencia en menos de un minuto. Barrí la tierrita y me fui.


Pero esta hormiga no estaba sola. Había una recatafila de hermanitas con las que alternaba el trabajo. Cabeza con cabeza parecían indicarse el camino de retorno en fila india. Todas ellas fueron testigo de mi crimen y, sin ni reparo ni luto, reanudaron la labor con el mismo entusiasmo que motivaba a la hormiga asesinada, cuando tuvo vida. (Algunos dirán que las hormigas no tienen sentimientos pero en este blog toda criatura lo tiene ¿ok?)


Esa fue la cátedra de "cómo reponerse a las desgracias en tiempo récord sin perder el entusiasmo" dictado por el insecto himenóptero al homo sapiens asesinus (o sea yo). Me quedé sorprendida y consternada. Sorprendida por la rapidez y efectividad del veneno. Consternada porque sentí cierta envidia de mi víctima y pensé que sería bueno de vez en cuando contar con un corazón-hormiga (de rapida reposición a las desgracias).


Pues en esta carretera hay muchos que aún no tenemos licencia para conducir las emociones (algunos hemos reprobado los intentos, pero ¡caramba! venimos intentando) Y nos atropellan, chocan y nos accidentamos a diestra y siniestra. Por eso nos da miedo las calles de alto tránsito sentimental y decidimos quedarnos en algún depósito de corazones en reparación. Todo porque no contamos con un corazón-hormiga.


¿Qué tal un SOAT? Nada. Lo que funcionaría en este caso es la amnesia inducida. Una amnesia selectiva de todo dolor o duelo, que sólo nos deje el aprendizaje y la sonrisa. Como la amnesia que me causó Angelote una de esas. O un corazón-hormiga, finalmente.





Poema de Carlos Marianidis
Con lo frágil que soy,

tierna y pequeña,

de a poco llevaré toda esta leña.
El invierno será ventoso y frío;

por eso vengo y voy

por piedra y río.
Cuando empiece a llover tendré todo hecho

y cantaré feliz bajo el helecho.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo queda seguir adelante como la hormiga, pero muchas veces es cansador y desalentador

Rous dijo...

y cantar feliz bajo el helecho

Anónimo dijo...

aunque duela la perdida de uno no debe afectar al resto

Ant val

Rous dijo...

en el colegio me enseñaron una canción que decía: "las hormigas vienen, las hormigas van. Las hormigas tienen fuerza de Titán"